lunes, septiembre 25, 2006

Hogares siglo XXI Escuelas siglo XIX



"Uno de los deberes de

la enseñanza

es desarrollar lo inédito"

Entrevista a Daniel Wolkowicz

Daniel Wolkowicz es actualmente el director de la carrera de Diseño Gráfico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, además de ser unos de sus fundadores. También es Coordinador Académico de la carrera de Multimedia en la Universidad Maimónides, y ejerce la docencia universitaria en esas universidades y en la Universidad Nacional del Litoral, el Instituto Universitario Nacional de Arte y la Universidad ORT, del Uruguay. Es también Investigador Categorizado de la UBA, y director de la Biblioteca de Diseño de la Editorial Argonauta. Ha dictado conferencias y cursos en distintas universidades del país y el exterior.
De la entrevista que concedió a educ.ar , realizada por Carolina Gruffat, habla del origen de la carrera de Diseño Gráfico de la UBA, y de los desafíos que enfrenta el diseño en general ante los cambios sociales y la apertura tecnológica que, en sus palabras, en los últimos diez años “transformaron totalmente la estructura de la comunicación visual, no sólo en sus aspectos de producción tecnológica o velocidad de medios o interacción: obligaron a repensar características esenciales de la disciplina en relación con los necesarios cruces e intercambios de distintos saberes conjugados”.
La incorporación del Diseño al currículo y otras cuestiones relacionadas con la práctica docente –y no es la menor la esquizofrénica distancia entre una escuela organizada como en el siglo XIX y un mundo exterior a la escuela inserto en el siglo XXI– tienen también un lugar destacado en esta entrevista, de la que hemos extraido el siguiente párrafo para continuar nuestras discusiones acerca del futuro del libro:
“— ¿Podría comentar alguna experiencia educativa innovadora en el campo del diseño ligado a los nuevos formatos?
— Qué hubiera dado Da Vinci por vivir en nuestra era, poder acceder al conocimiento universal desde su PC; cuántas mentes hubieran concretado teorías maravillosas si hubieran tenido los medios a su alcance.
Es quizás uno de los momentos históricos en los que la educación debe sentar sus bases en los medios. Un niño de 10 años de clase media encuentra en su hogar TV con 75 canales, telefonía celular, internet, webcam, chat, etcétera: vive en el siglo XXI. Sin embargo, la mitad de su jornada la pasa en una escuela pública o privada, donde su maestra le enseña al mejor estilo del siglo XIX. Esta antinomia, además de esquizofrenia produce por lo menos desinterés, y allí es donde debemos concentrar esfuerzos.
Las experiencias educativas, a todo nivel, desde primarias hasta universitarias, que aplican inteligentemente el potencial de los nuevos medios, sin duda marcarán calidades diferenciales, inteligencias superiores y concepciones del mundo más abiertas.
Tanto en educación presencial como a distancia el medio no es sólo un facilitador, es un flujo continuo de información, intercambio, interés y desarrollo donde la didáctica tradicional muta a modelos de dinámica que nunca fueron imaginados por los pedagogos tradicionales.
El diseño opera como un generador de interfaces que colaboran para la optimización, la funcionalidad y la estética de lo que serán los modelos educativos futuros. “
Fecha: Septiembre de 2006
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sábado, septiembre 23, 2006

Los libros según Fontanarrosa


- Los libros “Hay un tema que yo he dicho en muchos casos y que puede sonar provocativo en una feria del libro, pero les voy a explicar desde mi punto de vista cómo yo elijo un libro. Ustedes lo toman como quieran, pero yo les voy a decir qué condiciones tiene que tener un libro para que yo lo elija.”
“Primero y principal no tiene que ser un libro gordo. Un libro gordo me parece un abuso de confianza del autor hacia mi tiempo. Es como si aparece alguien y me dice: ‘Quisiera hablar con vos, tenés dos semanas libres...’. ¿Cuál es el lazo de confianza que me une a ese escritor para que durante dos meses yo me vaya a la cama con él y su libro?”
“Segundo, y lo va a comprender la gente que ya tiene cierta edad, y no es por la madurez: tiene que tener letra grande. Hay escritores que escribían con letra muy chiquita, y ya a esta altura del campeonato ese esfuerzo es excesivo.”
“Otra cosa: tiene que tener espacios en blanco. Si abro un libro y veo un masacote negro, como si fuera un amontonamiento de hormigas, yo digo: ‘¿Por dónde entro al texto?’.”
“Otra alternativa: fíjense en capítulos cortos. Ustedes mismos se van a dar cuenta de la sabiduría del cuerpo humano: usted está leyendo un libro y de repente observa que sin darse cuenta su mano derecha va buscando las páginas hasta llegar a un capítulo.”
“Otra cosa que me interesa también es que tenga diálogos, porque a mí me gusta escuchar a los protagonistas. Antes pasaba en algunos diarios, porque ahora el género del reportaje es mucho más fluido, que hacían un reportaje y decían: ‘Estuvimos en la casa del afamado escultor fulano de tal, y nos dijo que está pensando en hacer una escultura que representa a un caballo comiendo una codorniz’.”
“Yo digo: dejalo hablar al escritor, qué te metés en el medio. A mí con los libros me pasa eso. Y si están bien escritos mejor, pero siempre préstenle atención a esas consideraciones.”
- Los amigos “Es placentero y descansado encontrarse a las ocho de la tarde con los amigos en El Cairo o en algún boliche, porque a los amigos, a los verdaderos amigos, no hay por qué darles pelota. Si un amigo te dice: ‘Fui a ver una película iraní’, yo le digo: ‘Dejáme de romper las pelotas’.”
- Los estudios “Yo desde mi ignorancia me hago una pregunta: ¿por qué los chicos se tienen que levantar tan temprano para ir a la escuela? Gardel se levantaba a las ocho de la noche. Y fue Gardel. (...) Les voy a contar que estuve en Córdoba, donde me dieron el Doctor Honoris Causa, lo que indica lo mal que está la educación argentina. Imagino la desolación de los estudiantes que estudian ocho horas diarias y ven que a un tipo como yo le dan el Doctor Honoris Causa. Yo no terminé el tercer año de la escuela secundaria. Y no levanto como bandera el ser un ‘salvaje ilustrado’; digo que no terminé la escuela porque desde el comienzo sostuve una batalla desigual contra las matemáticas. Desigual por la simple condición de superioridad numérica de ellas. Los números son millones, y yo era uno solo. Yo fui a lo que era el Politécnico y me acuerdo de aquellas épocas de estudiantes, con todas las expectativas..., ¡qué horrible que era eso! Para mí era un espanto, similar a lo que me ocurrió no hace mucho, que tuve que hacer una dieta ayurveda de vegetales.”
- La lectura “Siempre he ligado la lectura con el placer. Siempre he sido un lector vago. Y repito otra consideración que pasará al mármol: creo que casi todos los grandes logros y avances de la civilización se debieron a la vagancia. O sea, el tipo que inventó la rueda es porque no quería caminar más. Y después de la rueda, el otro invento maravilloso, que ha hecho dar un salto cualitativo y cuantitativo a la humanidad, es el cambiador del televisor. Volviendo a la literatura, no entiendo el esfuerzo por leer, cuando uno se encuentra con tantos libros que los empieza y no los puede dejar, se siente atrapado por los libros, quiere terminarlos y está feliz mientras los lee.”
- La relación autor-personaje “Sé que algo mío hay dentro de Boggie e Inodoro Pereyra; es más parecido a mí y a cualquiera, porque es un antihéroe que a veces reacciona bien, a veces reacciona mal, es temeroso. Más temeroso es Mendieta. Pero hay algunas cosas mías en esos personajes. Incluso en Eulogia, pero eso lo vamos a hablar en otro momento.”
- Los nuevos medios de comunicación “Con los mensajes de texto estamos muy susceptibles. Yo me acuerdo de los telegramas. A nadie se le ocurrió decir que ese invento estaba arruinando el lenguaje. Está la gente que dice enfadada que no le gustan los shoppings. Y, no vayas querido, cuál es el problema. Si no, es muy fácil pegarle a la televisión, que a mi juicio es un invento maravilloso. Y repito, si solamente hubiera sido creado para transmitir fútbol ya estaría largamente justificado. Ahora, como todas estas cosas, como la historieta, es un instrumento. Si alguien me escucha a mí tocar el piano, dirá que el piano es un instrumento nefasto. Ahora, si lo escucha a Richard Clayderman, por ejemplo, dirán que es un instrumento sublime. Con la televisión pasa lo mismo. Ahora, estoy de acuerdo con que se usa un vocabulario bastante pequeño, y en ese aspecto la lectura te da más posibilidades de expresarte. Para mí la lectura siempre ha sido un placer. Hay muchísima información, e imperceptiblemente uno va ganando una vastedad de lenguaje, y aparte es una compañía formidable. Se puede vivir perfectamente sin leer un libro. Creo que más de las tres cuartas partes de la población mundial jamás ha leído un libro. Pero, entre una cosa y otra, prefiero leerlos.”
* Extractado de la extraordinaria charla abierta que brindó el escritor y humorista en la Feria del Libro de Rosario.
Página 12, Miércoles/30-Ago-2006


viernes, septiembre 15, 2006

Todas las lecturas, una lectura.


Todas las lecturas, una lectura
FELIX DE AZÚA
EL PAÍS - Opinión - 13-09-2006

A principios de agosto apareció un estudio según el cual aún había descendido un poco más el número de lectores españoles. Más de la mitad de la población no toca un libro en su vida. De la otra mitad, sólo una mínima parte lee habitualmente. Frente a las cifras menguantes de lectura, el mercado editorial presentaba otras del todo opuestas: nunca han vendido tantos libros. Si fuera como imagino, habríamos llegado a la perfección: se venden muchos libros, pero ya no es necesario leerlos. La lectura habría regresado a su posición anterior al siglo XIX. Porque lo cierto es que la lectura popular tiene menos de doscientos años. Puede afirmarse que comienza hacia 1850. Antes sólo leían los profesionales. Todos los demás oían leer.

En el prólogo de la Gran conquista de Ultramar, libro atribuido a Alfonso el Sabio, pero seguramente de la época de Sancho IV, se lee (resumo):
"E como quier que nuestros cinco sentidos sean todos muy buenos é los sabios antiguos departiesen de cada uno las bondades que en él había, en fin tovieron que el oir es más necesario al entendimiento del hombre, porque aunque el ver es muy buena cosa, muchos hombres que nascieron ciegos aprendieron muchas cosas; é esto les causó el oir, que oyendo las cosas las deprendieron tan bien o mejor como otros muchos que hobieron sus sentidos complidos; e muchos que tuvieron los sentidos complidos, por el oir que les faltó perdieron el entendimiento é no supieron ninguna cosa. E pues que tan gran bien puso Dios en este sentido, mucho deben los hombres trabajar siempre de oir buenas cosas é de aquellos que las sepan decir, é oir los libros antiguos é las historias de buenos fechos".
Durante siglos el ciego fue una figura respetada, en tanto que el sordomudo de nacimiento era excluido de la comunidad. El saber ineludible para la salvación entraba por el oído, no por los ojos. La lectura en voz alta dominó sin resquicio, no ya durante el medievo, sino tras la invención de la imprenta. Es cierto que los libros se abarataron después de Gutenberg y ya no sólo los eclesiásticos leían para sí en silencio: la libertad de interpretación del texto sagrado incrementó la lectura privada. A pesar de lo cual, y según cálculos recientes, apenas un 3% de la población del área germana (la más culta) estaba alfabetizada a finales del siglo XVI; de ellos, muy pocos poseían libros (Cavallo y Chartier, Historia de la lectura, Taurus, 1998).
Igual espejismo producen las sociedades dieciochescas. Los philosophes de París, los ilustrados alemanes, ingleses e italianos, dan una engañosa impresión de lectura generalizada. Lo cierto es que, si bien aumentaron los títulos editados, los libros seguían siendo leídos en voz alta ante grupos numerosos. Lo que cambió no fue el número de lectores, sino el respeto del libro.
En la antigüedad los libros eran algo lejano, formaban parte de los objetos de culto ligados al poder y sólo podían usarlos quienes estaban autorizados. El libro no era una puerta hacia la sabiduría o la emoción íntima, sino un utensilio venerable, como los cálices o las espadas. La transformación que comienza en el siglo XVIII no afecta a los hábitos de lectura sino a la relación con el libro. En esos años comienza la andadura de la sociedad burguesa, radicalmente distinta de la aristocrática. El invento de la intimidad, del mundo emocional y sentimental privado, forma el esqueleto de una sociedad para cuyo desarrollo es ineludible la extensión universal de la lectura.
De un saber exterior que viene del cielo y administran los funcionarios eclesiásticos y judiciales, un saber que confirma el poder del señor y su prolongación en objetos, tierras y ejércitos, se va a pasar a un saber íntimo, garantizado por el sujet cartesiano, sometido a la efervescencia pasional y capaz de razonar a solas, sin ayuda externa, ni siquiera divina. La metamorfosis ocupa todo el siglo XVIII y parte del XIX, pero con ella va puliéndose la herramienta ideal para la invención del alma burguesa: la literatura. A mediados del XVIII apenas un 6% del catálogo de Leipzig eran novelas, pero en 1800 rozan el 22%. Su modelo es elWerther de Goethe (1774), primer superventas mundial y escuela sentimental de media Europa. No obstante, no hay que hacerse ilusiones, la mayor parte de quienes accedieron a ese texto no lo leyeron, lo escucharon. La casi totalidad de las mujeres eran analfabetas y la novela tiene en ellas a su clientela más numerosa.
El saber se fue interiorizando: los libros de lectura personal crecían y los libros divinos menguaban. Los editados en latín bajan de un 30% a un 4% en las fechas de que hablamos. La lectura personal es un ácido que ataca los sólidos de la autoridad, al tiempo que vitaliza las pasiones, las emociones, las especulaciones filosóficas, la imaginación científica. La sutil materia del lenguaje corroe los artilugios totémicos y al disolverlos fluyen vapores que incitan a la aventura, a la pasión amorosa y artística, a la investigación, a la exploración del mundo.
Cuando en 1850 el prestigio del libro alcance su cima, comenzarán los planes para la educación obligatoria y gratuita. Ésta será la verdadera revolución: en 1870 vive en Europa la primera generación casi totalmente alfabetizada. A partir de entonces, el libro es la pieza maestra de las sociedades occidentales. La alfabetización generalizada impulsa la lectura masiva. Las bibliotecas municipales de París prestaron 363.322 libros en 1881. Mil préstamos al día en una ciudad que apenas superaba el millón de habitantes es una cifra vertiginosa, supone una idolatría del libro. La lectura es escala para el ascenso social y para el refinamiento moral. Victor Hugo intuye en 1831 que la antigua civilización construida en piedra va a dejar paso a una sociedad de papel:
"El pensamiento humano, al cambiar de forma, iba a cambiar también su modo de expresión. El libro de piedra, tan sólido y duradero, iba a dejar su lugar al libro de papel, aún más sólido, aún más duradero. Un arte iba a destronar a otro arte. La imprenta acabaría matando a la arquitectura" (Notre-Dame de París).
En una asombrosa coincidencia con lo que Hegel dictaba en su cátedra de Berlín ese mismo año, el novelista anunciaba una sociedad cuyos monumentos ya no serían arquitectónicos sino literarios. Entre 1870 y 1970, el mundo civilizado fue gloriosamente literario. Las obras maestras que se acumulan en ese periodo forman una cordillera imponente. La decadencia sólo comenzará después de la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad vivimos un profundo cambio. Creo que la lectura como ejercicio intelectual supremo está siendo sustituida por otras prácticas. Quizás esté regresando a su lugar clásico: unos pocos hogares, conventos, gabinetes de humanistas. Como en el pasado, el resto de la ciudadanía mirará y oirá historias, novedades, instrucciones, leyendas, conocimientos, pero ya no leerá por sí misma.
¿Debemos lamentar este cambio? No lo creo. Los humanos somos los únicos animales que cambiamos porque queremos cambiar. No nos cambia la "evolución biológica" sino nuestra inquietud, la incapacidad para dejar las cosas tal como las encontramos al nacer. Nuestra vida es constante cambio y ningún cambio nos mejora o empeora, sólo nos ayuda a perdurar. Resulta difícil imaginar un futuro en el que la lectura dificulte la perduración, pero habrá que hacerse a la idea.

Félix de Azúa es escritor. Este texto forma parte de la conferencia de clausura de la Feria del Libro de Jaca (Agosto de 2006).
Tomado de EL PAÍS

domingo, septiembre 10, 2006

Museos escolares 11

Le musée départemental de l'Education de Saint-Ouen-l'Aumône.
Un musée...
À l'origine, une association d'instituteurs, Le centre d'animation pédagogique et d'audiovisuel, collecte et sauvegarde le mobilier, le matériel et les manuels scolaires du département. Cette entreprise se concrétise en 1982 lorsque qu'une exposition est réalisée pour commémorer le centenaire de l'école publique. La manifestation est un succès, les dons d'objets importants, des documents remarquables sont rassemblés. L'Inspection académique et le Conseil général du département décident alors la création du Musée départemental de l'Éducation, pour permettre l'exploitation permanente des collections qui ont été réunies. Le Musée est installé dans l'ancienne école de filles de Saint-Ouen-l'Aumône, bâtie en 1903, particulièrement bien adaptée au projet par son architecture, et aussi par sa situation géographique dans le département : au cœur d'une ville en évolution, à proximité d'une gare (et bientôt du RER), à 3/4 d'heures de Paris, à côté de ce qui deviendra l'IUFM, et dans une école en activité !Le musée se donne pour mission de poursuivre la collecte, devient un lieu de recherche, d'étude et de conservation du patrimoine scolaire.Une équipe des plus réduite va se mettre à la tâche; Serge Lesmanne, bien sûr - tour à tour instituteur, collectionneur, restaurateur, chercheur, concepteur et réalisateur d expositions, éditeur, gestionnaire, documentaliste, animateur - mais aussi Pierrette Laridan et Paul Rivière, pour ne citer qu'eux, vont être les artisans de la réussite. Ils vont permettre à cette idée généreuse de prendre corps: ils vont donner sa réalité au projet et nous transmettre un véritable patrimoine. Le musée départemental de l'Éducation devient un lieu de ressources, il a une collection particulièrement intéressante. Une reconstitution de classe 1900 tenant lieu d'exposition permanente et des expositions temporaires thématiques sont proposées ainsi qu'un accompagnement aux visites des classes. Très apprécié des enseignants, le musée reçoit des scolaires en nombre important mais reste peu fréquenté par les autres publics.
Une étape, des questions, la transmission
Après plus de dix années d'un travail passionné, en 1996, l'équipe des "Pères fondateurs" part en retraite. La succession n'est pas simple, l'évolution du musée rend nécessaire une clarification de sa situation. En fait, passé le temps de la " création du site ", les énergies et les soutiens dont il a pu bénéficier, souvent liés aux volontés individuelles et ponctuelles ont disparu.Reste une collection, une gestion au quotidien devenue très lourde, des personnels à rémunérer, une structure à faire vivre et des moyens qui n'ont pas été croissants, ni du point de vue de la mobilisation des bénévoles, ni du point de vue financier. On se retrouve donc dans une sorte d'impasse, trop petit pour retenir l'attention des institutions, trop grand pour vivre en autonomie.
Quel rôle, quels objectifs pour ce musée ?
Des questions se posent, des difficultés surgissent et concernent :
- La remise en cause par les institutions partenaires du bien fondé d'une telle entreprise et des moyens qui lui sont attribués; - La succession : qui, comment ? n'est-ce pas le moment de modifier le statut juridique du musée ? Jusqu'alors associatif et contractuel, peut-il devenir un service du Conseil général ? Doit-il au contraire être plus étroitement rattaché à l'Éducation nationale et être associé à l'IUFM ou au CDDP ?- Les personnels : bénévoles ? Associatifs ? Institutionnels ? Professionnels de l'Éducation, de la Culture ?- Les collections : leur préservation, leur conservation, leur exploitation, leur statut ? Leur devenir en cas de disparition de l'association gestionnaire ? - L'exploitation des collections : quelle accessibilité pour les chercheurs ? Comment entreprendre un inventaire ? Qui pour accompagner les recherches ? Quelle caution scientifique ? Quelles restitutions pour quels publics ? Comment réaliser une exposition ? Quel type d'animation ? - Les publics : peut-on se satisfaire d'un public dit " captif ", celui des écoles ? Comment ouvrir vers les autres publics ? A quelles conditions ? - Le lieu : l'activité s'est développée, l'espace est dorénavant très exigu ; doit-on réaménager et comment ? Doit-on déménager ?

De 1997 à1998, un travail de réflexion et de structuration est entrepris afin de donner un projet d'avenir du musée.Il faut dans un premier temps définir ses missions, son projet scientifique que et culturel et les objectifs visés en terme de public...Comment est perçue l'école aujourd'hui ? Comment l'était-elle autrefois ? Quel est son rôle ? Quel est son avenir ? Et plus largement, quelle image de notre société renvoie-t-elle ? Comment traduit-elle ses changements et comment s'implique-t-elle dans ses évolutions ?La convention de partenariat d'origine va être actualisée, elle définira précisément le rôle de chacun des partenaires (Conseil général, Inspection académique, Commune, Association).Lieu de recherche, de conservation, d'éducation et de culture, le musée aura pour missions :
* d'étudier et de participer à la recherche pédagogique.
* de conserver, d'inventorier et d'enrichir le patrimoine scolaire,
* de présenter les collections au public en proposant des animations diversifiées,
* d'accueillir le public, d'assurer un service éducatif,
* de réfléchir à la place et à l'évolution de l'École dans son environnement social, éducatif et culturel.
Il participera à la politique culturelle et touristique du département et affirmera sa spécificité locale.
La convention de partenariat donne au musée les conditions de son fonctionnement premier, elle engage les signataires et permet de se mettre au travail. Elle ne prévoit pas le financement de l'exploitation des collections : la programmation culturelle, la transposition nécessaire pour donner l'accès aux différents publics, à la population tout entière concernée par ce type de musée, ne sont aucun à moment prises en compte ou prévues autrement que par l'autofinancement.
Il faudra donc, pour trouver les moyens de notre politique culturelle, développer nos recettes propres et avoir recourt aux soutiens ponctuels d'organismes divers sollicités en fonction des projets.
Enfin travailler avec le musée national de l'Éducation et avec les autres sites s'intéressant au patrimoine de l'éducation, est peut-être la solution pour inscrire le site dans une problématique plus large, tout en lui apportant des ressources du point de vue scientifique, une aide méthodologique, des formations adaptées...
Pour terminer, j'insisterai sur le véritable enjeu de ce type de structure : il concerne le public.Une fois établis les liens étroits entretenus avec la famille des musées de l'éducation et des musées de société, des écomusées, après avoir fait les choix d'orientations générales qui inscrivent le site comme lieu de rencontre entre l'école et son environnement, reflet de la société et de son évolution, mais aussi lieu placé au cœur de l'actualité et de la vie urbaine contemporaine, il s'agira de s'intéresser au visiteur et au processus qui permettra de le rendre bénéficiaire de l'offre culturelle qui lui aura été proposée.
Le musée départemental de l'éducation 2 rue des Écoles 95310 Saint-Ouen-l'Aumône Téléphone : O134 64 08 74 Télécopie : O134 64 52 08
Présentation - descriptif
Comment est perçue l'école aujourd'hui ?

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