martes, mayo 30, 2006

Blogs y fomento de la lectura


sábado, 27 de mayo de 2006
Hoy se han clausurado en Salamanca las XIV Jornadas de Bibliotecas Infantiles, Juveniles y Escolares, organizadas por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (FGSR) y dedicadas al fomento de la lectura a través de las nuevas tecnologías.
El encuentro ha reunido a 115 bibliotecarios, educadores y gestores de entidades culturales para dar a conocer experiencias de investigación en nuevos modos de lectura y reflexionar sobre el papel de las nuevas tecnologías (blogs y webquests) en el fomento de la lectura.
Os resumimos las principales conclusiones tras tres jornadas de trabajo. Para los bibliotecarios y educadores asistentes a mi grupo de trabajo (Cómo fomentar la lectura y escritura a través de los blogs), estas nuevas herramientas:
• Fomentan el intercambio de opiniones entre alumnos y profesores• Son una innovadora herramienta educo-comunicativa que dinamiza el aula• Fomenta la comunicación y el diálogo escrito• Anima el proceso de argumentación a la hora de responder a los comentarios recibidos• Amplía el tiempo de aprendizaje porque traspasa las paredes del aula/biblioteca• Fomenta valores de respeto a la opinión ajena• Desarrolla la organización del pensamiento propio• Fomenta el trabajo en equipo dentro y fuera de la escuela• Consolida la identidad del alumno a través de su presencia en la Red
En relación con el papel de los blogs en el fomento de la lectura, los asistentes a mi grupo de trabajo concluyen que los blogs:
• Ofrecen una conversación en red entre lectores• Permiten crear una comunidad de lectores con los mismos hábitos, gustos, preferencias, etc.• Son una fuente de información complementaria a los suplementos y revistas culturales tradicionales• Son una fuente fiable de intercambio de información sobre libros entre lectores• Motivan la creación porque dan más visibilidad a lo escrito/publicado• Ayudan en la creación de clubes de lectura• Incluyen a la biblioteca escolar en el ámbito privado del ocio o de continuación del aprendizaje individual.
En la nueva era de la participación los lectores de libros ya no quieren limitarse a recibir información sobre un nuevo libro, sino que, además, quieren interactuar a través de las nuevas tecnologías opinando sobre sus lecturas y las reseñas que leen en los medios tradicionales, recomendando libros a otros lectores, compartiendo experiencias y competencias lectoras.
Dado el alto potencial que tienen los blogs en el fomento de la lectura y en la construcción colectiva del conocimiento, más vale que los profesionales del sector del libro empiecen a familiarizarse con estas nuevas herramientas y con el lenguaje multimedia de la comunicación (sonido en formato podcast, imágenes e hipertextos, videoblogs, fotoblogs, webquest, wikis, etc.), y sobre todo que vayan pensando en el papel que jugarán estas nuevas tecnologías de gran impacto social en sus futuras acciones de fomento de la lectura.
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Artículo publicado en:
Ilustración:
La Lectura. Merello

viernes, mayo 26, 2006

Literatura de cordel

El mundo es cada vez más mundial: va del aereopuerto al spa, al mall, a los resorts y de regreso. Se conecta por celular o internet a cuentas de banco, casas de bolsa, servicios médicos, de mantenimiento o reparación de todo lo imaginable, y tiene acceso a información de innumerables fuentes siempre y cuando no estén clasificadas, y aun si es así.
En un mundo como éste, Un mundo feliz, un 1984, las restricciones impuestas a la producción y expresión de las iniciativas particulares de los grupos y las personas -- por el mercado, los gobiernos y las cofradías culturales-- parecieran no haber dejado más canal que la red global de comunicaciones, la virtualidad de la informática y la computación, para sortear los cercos aun a riesgo de sustituir y homogenizar la vasta experiencia humana que sigue buscando expresarse sin cortapisas.
Por fortuna esto es una falacia.
La sociedad actual es global sólo en tanto existen directrices cada vez más homogéneas que intentan --no lo logran del todo-- diseñar y normar formas de vida usables, que no útiles, por los intereses de pocos. Es real que el internet ha logrado romper barreras que veinte años atrás tenían cercados a grandes sectores de población que literalmente no sabían cómo hacerle para expresar sus inquietudes, comunicarse de manera efectiva y tan veloz que puede ser instantánea. El mundo de las relaciones ha crecido enormidades desde la popularización del correo electrónico y el internet, y este no es un texto para denostar las comunicación mediante computadora, salvo que las limitaciones a la textura de las imágenes digitales y las todavía barreras para un diseño gráfico tan dúctil como el que campea en las publicaciones normales es todavía un hecho. Existe una discusión --a la que no entraremos-- de si las imágenes por computadora, sean de cine o fotografías, logran la precisión y el encanto de sus originales generados analógicamente. Lo real es que una gran parte del planeta no tiene acceso a la red de comunicación por computadora.
Lo que la sociedad globalizante no ha registrado es que desde todos los rincones existen personas y grupos que, siguiendo una tradición que se remonta a los orígenes de la imprenta, publican cuadernos, revistas, folletos, volantes, carteles o periódicos con una bajísima producción y no necesariamente mala calidad; algunos son incluso ejemplos de diseño y línea editorial. Con los limitados recursos a su alcance, desde las regiones rurales no globalizadas o apenas conectadas, y desde el centro mismo de las ciudades y sus barrios, los tirajes populares de cancioneros, poemarios, declaraciones coyunturales, denuncias, manuales de herbolaria o doctrina religiosa o política, narraciones, crónicas y avisos circulan subterráneamente pese a que todos los aparatos del mercado o los gobiernos, la policía o los comisarios de la cultura han hecho lo posible por erradicarlas o han creído tan despreciable esa producción que simplemente no la contabilizan en sus estadísticas.
Estas literaturas de cordel siguen circulando a espaldas del sistema normativo en tendajones, en los mercados callejeros de pueblos, rancherías o barrios, en los locales de las organizaciones campesinas, artísticas, gremiales, barriales o de jóvenes, con presencia, pertinencia, afinidad y cercanía con los modos culturales de quienes los producen, convirtiéndose en espejo de la experiencia regional --si entendemos por regional no lo geográfico sino el entramado de relaciones de grupos y personas.
El nombre de literatura de cordel le viene del proceso de secado de las páginas que una vez impresas se cuelgan en los tendederos a orear. Su producción es el extremo más modesto del sector editorial, pero sigue viva porque el impulso narrativo, ese impulso por intercambiar experiencias y tener una identidad pública (incluso anónima), esas ganas de hacer sentido en el aparente vacío que nos circunda y que nos hace dudar de nuestra existencia, es tan remoto como la relación humana y no empieza con la imprenta. Si el saber empalmó con esta tendencia renacentista, fue por las mismas razones que hoy se invocan para el internet, por eso no cabe deslegitimar el medio electrónico así nomás. En aquel entonces también el poder temía la nueva herramienta.
Alguien que siempre reconoció la potencialidad de la escritura y su publicación, por modesta que fuera, fue Freinet. A principios de este siglo, el educador anarquista instaló imprentas manuales en las escuelas porque entendió la carga liberadora de hacer surgir la individualidad como centro único de la experiencia.
Hoy, en un mundo que acumula más y más experiencia simultánea, las páginas de estos cuadernos o folletines alimentan a los trovadores, a los huapangueros, a los poetas locales, a los ávidos de aprenderse una letra, unos versos o una historia, pero también a los grupos disidentes, contraculturales --y existen casi siempre en la frontera con tradiciones orales remotas o recientes.
Un ejemplo notable son las colecciones de literatura de cordel que circulan por el sertón brasileño, en la parte nordeste del país sudamericano. En este enclave de un aparente medievo entreverado de industria pesada, hambrunas, sectas religiosas, santería y miseria --y donde surgen como resistencia corrientes sociales como el Movimiento de los Sin Tierra--, las vida de músicos, de poetas como Myriam Fraga, de educadores locales como Anisio Teixeira-Grande, o los llamados ejemplos como la historia del protestante que fue expulsado del cielo, la de la mujer que dio luz a una cobra por renegar del buen Jesús de Lapa, o aquella de la muchacha con minifalda que tomó un baño de mar con Satanás en la playa de Amaralina, siguen arrobando a los miles que las leen y las recirculan entre parientes y amigos.
En México son los decimistas cercanos a los sones huasteco y jarocho, o al huapango arribeño, quienes siguen produciendo una literatura regional cercana a la literatura de cordel brasileña. A fin de milenio, no es posible excluir la cultura underground cercana al rock, al movimiento punk y al anarquismo que desde los ochenta publica los llamados fanzines (juego de palabras entre magazine y fan, fanático, pero también abanico, en inglés), es decir, publicaciones producidas por quienes las consumen, y que han roto barreras nacionales en sus canales subterráneos. Las múltiples publicaciones de grupos armados rebeldes, organizaciones campesinas, indígenas, organismos no gubernamentales ecológicos o enfocados a la salud, grupos de la comunidad lésbico-gay, gente volcada a los comics, comunas autogestivas o comités vecinales, difunden todas algo para decir aquí estoy. Es tal la avidez de decirlo --el grafitti es la muestra más contundente y quizá la más remota de ese impulso-- que seguirán proliferando para gritar desde las grietas la pertenencia, la memoria y la experiencia de millones que no están contemplados pero existen.
Ramón Vera Herrera

jueves, mayo 18, 2006

Base de datos de Manuales Escolares


Hemos recibido el Informe técnico del primer año de ejecución del proyecto AlfaPatreManes redactado por su Coordinadora Académica, la Dra. Gabriela Ossenbach Sauter, de UNED (Madrid, España)
En este post recogeremos los aspectos referidos a la base de datos, a saber:

La base de datos de manuales escolares de la Red PATRE-MANES se ha confeccionado a partir de la base de datos ya existente del Centro de Investigación MANES de la UNED (España), en el programa Win/ISIS. El programa Win/ISIS fue creado por la UNESCO para la catalogación de bibliotecas, y está extendido ampliamente en Europa y América Latina. La base de datos originaria ha sido adaptada para incluir las bases de datos de los demás países participantes en la Red (Argentina, Colombia, México, Bélgica y Portugal). Además de una serie de mejoras técnicas, tanto para la captura de nuevos registros como para la consulta de la base de datos a través de internet, se ha previsto la posibilidad de trabajar con la base datos en todos los idiomas de los países participantes (español, portugués, francés y flamenco). La incorporación de todos los términos traducidos se llevará a cabo en los próximos meses. Junto a estas modificaciones pendientes, quedan otras correcciones técnicas por hacer, que se están llevando a cabo actualmente. No obstante, para no retrasar los trabajos de catalogación que se están realizando en las distintas Universidades adscritas a la Red, esta versión preliminar de la base de datos ya es accesible en internet:
http://hum.unne.edu.ar/investigacion/educa/instituto/index.html
así como en:
http://www.uned.es/manesvirtual/basededatosmanes.html

Las modificaciones en el diseño de la base de datos no han sido, sin embargo, solo de carácter técnico. En el primer encuentro de PATRE-MANES, celebrado en la Universidad del Atlántico (Barranquilla, Colombia) en septiembre de 2005, se tomaron importantes acuerdos relativos al diseño definitivo de la base de datos, los cuales supusieron eliminar o modificar algunos de los campos de la base de datos originaria del Centro de Investigación MANES de España. Estos cambios estuvieron motivados por la necesidad de simplificar el trabajo de catalogación y evitar errores en la elaboración de las fichas, pero sobre todo por el imperativo de contar con una ficha que responda a las características de los textos escolares de todos los países integrantes de la Red, y que permita en última instancia el trabajo comparativo en las investigaciones sobre los manuales escolares de Europa y América Latina.

Los diferentes equipos integrantes de la Red PATRE-MANES están incorporando registros en esta base de datos. Cabe destacar que se ha llevado a cabo la conversión de una base de datos de textos escolares belgas publicados entre 1830 y 1880 (48.000 registros), que habían sido catalogados dentro de un proyecto iniciado en 1997 por las Universidades de Gante y Lovaina, integrantes de la Red, y cuyos criterios de catalogación eran bastante coincidentes con los del Centro de Investigación MANES. Por su parte, el equipo de la Universidad de Lisboa tiene previsto hacer la conversión a la base de datos de PATRE-MANES de los registros de textos escolares portugueses de la Biblioteca Nacional de Lisboa y de la Associaçâo Jardins-Escola Jôao de Deus / Escola Superior de Educaçâo Jôao de Deus (Lisboa)[1]. Para este fin se ha firmado un acuerdo de colaboración con esta última institución, y está en vías de firmarse otro acuerdo similar con la Biblioteca Nacional de Lisboa.

Cada una de los equipos integrados en la Red PATRE-MANES ha contado con una persona encargada de la gestión de la base de datos y de la catalogación de manuales escolares de sus respectivos países. Todos ellos participaron en el primer encuentro de la Red en Barranquilla: María Cristina Linares (Universidad de Luján, Argentina), María del Rosario Ruiz (Universidad del Nordeste, Argentina); Francisco Eversley (Universidad del Atlántico, Colombia); Jonathan Jurado (CIESAS, México); Carlos Grosso (Universidad de Lisboa); Ana Badanelli (UNED, España). Las Universidades de Gante y Católica de Lovaina no han contado hasta este momento con un gestor de la base de datos, ya que ambas Universidades habían realizado ya un censo de manuales escolares que, como se dijo anteriormente, ha sido convertido al sistema Win/ISIS e incorporado a la base de datos de la Red PATRE-MANES.

La persona encargada de la coordinación de todos los trabajos de la base de datos es el profesor Miguel Somoza Rodríguez, de la UNED (España). Él es responsable del servidor propio que se ha instalado en la UNED especialmente para esta base de datos. El Profesor Somoza participó también en el encuentro de Barranquilla, junto a todos los coordinadores de las Universidades integradas en la Red.

Además de completar los trabajos pendientes en el diseño de la base de datos, durante el segundo año de ejecución del proyecto está previsto acelerar los trabajos de catalogación de manuales escolares de todos los países participantes, así como la conversión de las bases de datos portuguesas antes mencionadas. Igualmente, está previsto elaborar las guías para los usuarios de la base de datos (tanto para la consulta como para la recogida de registros), en los cuatro idiomas de uso en los países integrantes de la Red.
[1] http://www.joaodeus.com/associacao/associacao.htm
Ilustración:
Puerta de acceso de la casa de Agustín Escolano Benito en Berlanga del Duero donde se realizará el segundo seminario de la Red en octubre de 2006

sábado, mayo 13, 2006

Ivan Illich. De la cultura libresca al manual escolar

Queremos compartir la lectura de un texto de Ivan Illich que fuera publicado en 2002 por el Fondo de Cultura Económica. Más allá de las coincidencias o diferencias que provocan los textos de Illich, en esta introducción al Didascalicon de Hugo de San Víctor se podrían encontrar notables resonancias de los orígenes medievales del libro y su cuestionamiento actual como componente esencial de nuestras tareas con manuales escolares.

“La cultura clásica de la imprenta fue un fenómeno efímero. Según Steiner, pertenecer a "la edad del libro" significó la posesión de los medios de lectura. El libro era un objeto doméstico, estaba disponible para ser releído a voluntad. La época presuponía el espacio privado y el reconocimiento del derecho a periodos de silencio, y también la existencia de cámaras de eco como periódicos, academias o tertulias.
La cultura del libro requería un mayor o menor consenso sobre el canon de los valores y modalidades textuales. Y eso representó más que un simple medio para que aquellos que se convirtieran en sus expertos pudieran reclamar los privilegios de la clase media. En la medida en que la lectura libresca fue el objetivo de la iniciación para católicos, protestantes y judíos asimilados, del clero y de anticlericales iluminados, tanto de humanistas como de científicos, las formalidades envueltas en este tipo de lectura definieron, y no simplemente reflejaron, las dimensiones de la topología social.
El libro ha dejado de ser la metáfora raíz de la época; la pantalla lo ha remplazado. El texto alfabético se ha convertido en una más de las múltiples formas de codificar algo, que ahora se denomina "el mensaje". Retrospectivamente, la combinación de todos aquellos elementos que desde Gutenberg al transistor habían fomentado la cultura libresca aparece como una singularidad de este periodo fundamental, característico de una sociedad, a saber, la occidental.
Esto es así pese a la revolución del libro en rústica, el retorno solemne a la lectura pública de poemas y el a veces magnífico florecimiento de editoriales alternativas y caseras. La lectura libresca puede reconocerse ahora claramente como el fenómeno de una época y no como un paso lógicamente necesario en el progreso hacia el uso racional del alfabeto; como un modo, entre varios, de interacción con la página escrita; como una vocación particular, entre muchas, para ser cultivada por algunos dejando otros modos a otros. Pero la coexistencia de diferentes estilos de lectura no es un fenómeno nuevo.
Para ilustrar mi postura me gustaría contar la historia de la lectura durante un lejano siglo de transición. Comparto con George Steiner un sueño en el que, fuera del sistema educativo que ha asumido funciones completamente diferentes, podría haber algo así como casas de lectura, similares al shul judío, la medersa islámica o el monasterio, donde los pocos que descubran su pasión por una vida centrada en la lectura pudieran encontrar la guía necesaria, el silencio y la complicidad del compañerismo disciplinado que se precisan para la larga iniciación en una u otra de las diversas "espiritualidades" o estilos de celebrar el libro.
Para que pueda comenzar a florecer un nuevo ascetismo de la lectura, debemos primero reconocer que la lectura libresca "clásica” de los últimos 450 años es sólo una entre varias formas de utilizar las técnicas del alfabeto. Por esta razón describo e interpreto, en los seis primeros capítulos, un avance técnico decisivo que tuvo lugar hacia 1150, trescientos años antes de que el tipo movible se comenzara a usar. Este avance consistió en la combinación de más de una docena de inventos técnicos y adaptaciones a través de los cuales la página dejó de ser partitura para convertirse en texto.
No fue la imprenta, como normalmente se asume, sino este conjunto de innovaciones, doce generaciones antes, lo que constituyó el fundamento necesario para todos los estadios recorridos desde entonces por la cultura libresca. Esta colección de técnicas y hábitos permitió imaginar el "texto" como algo separado de la realidad física de una página. Reflejó, y a su vez condicionó, una revolución en lo que la gente culta hacía cuando leía, y en lo que experimentaba que significaba la lectura.
En mis comentarios al Didascalicon de Hugo, propongo una etología histórica de los hábitos de lectura medievales junto a una fenomenología histórica de la lectura-como-símbolo en el siglo XII. Lo hago con la esperanza de que la transición de la lectura monástica a la escolástica pueda iluminar de algún modo una transición muy diferente que está teniendo lugar en la actualidad.”
Una última apostilla ¿por qué viñedo?
"Cuando Hugo lee, cosecha; recoge los frutos de las líneas. Sabe que Plinio ya había observado que la palabra pagina, "página", puede referirse a las líneas de viñedos consideradas en conjunto.
Las líneas de la página eran los hilos del enrejado que sostiene las viñas. Mientras recoge el fruto de las hojas del pergamino, las voces
paginarum caen de su boca; como un suave murmullo si van dirigidas a su propio oído, o recto tono, si se dirige a la comunidad de monjes."

1. ILLICH, Iván (2002) En el viñedo del texto. Etología de la lectura: un comentario al “didascalicon” de Hugo de San Víctor, México, 2002

viernes, mayo 05, 2006

Difusión del blog


Véase el informe de visitas realizadas al blog el 5 de mayo según el informe del Stat Counter.
(uno de los programas que aparecen en el pie en "comunidad de blogs")

En este caso agrega la ciudad de origen al país desde donde se realizó el ingreso.