Lectura obligatoria
En un texto clásico señalaba Delia Lerner que, en tanto fuera de la escuela la lectura [como práctica social] se mantiene en general ajena a lo obligatorio, dentro de ella no puede escapar a la obligatoriedad.
Párrafos antes denomina a este problema el “extraño dilema” y un poco más adelante “este infortunio” entre lo obligatorio y lo electivo citando al Daniel Pennac (1993) de “Como una novela”, Barcelona, Anagrama:
“El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo amar..., el verbo soñar...Claro que siempre se puede intentar. Adelante: Ámame, Sueña, Lee ¡Lee! ¡Pero lee de una vez , te ordeno que leas, caramba!”
Ahora denominará “paradoja” a la cuestión de la obligación de la escuela: como asume la responsabilidad social de enseñar a leer y escribir, tiene que presentar la lectura y escritura [prácticas sociales] como obligatorias y asignarles entonces como propósito único o predominante el de aprender a leer y escribir... LERNER, Delia (2001) Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, México DF, SEP/FCE, p. 105.
Por supuesto que la didacta responderá afirmativamente al título del capítulo 4 “¿es posible leer en la escuela?”.
Desde la historia tenemos nuestras serias dudas en tanto y en cuanto la función de acreditación en la evaluación (Delia lo llama control) aherroja tanto al docente como al alumno. Continuaremos la discusión.
Ilustración: Avery, Adolescencia
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